jueves, 4 de septiembre de 2008

Sorpresas de la vida

Hoy he tenido una nueva experiencia y no ha sido sexual. No para qué vamos a cambiar si mi compi me complace bien.
Ayer una amiga me dijo de una plaza para trabajar en un colegio de música. Y la verdad, me animé y me hice mis ilusiones. Pero según iba pasando el día y se iba acercando la noche, sentía ciertos retortijones y las tripas se iban alborotando. Como si se estuviera cociendo algo dentro de mis entrañas. Parece que la cocción fue larga y dejó todos los residuos hechos papillas. Los primeros que hicieron su aparición fueron a las 3 de la mañana. Menuda noche más mala. No he pegado ojo y cuanto más quería contar ovejitas y cerrar los ojos, mi cabeza era como una lámpara enorme que se apagaba y encendía y deslumbraba.

La cena de esa noche fue ligera, el estomago se me cerró y solo me entraron unas natillas. El desayuno fue a base de tilas. Y más retortijones de tripas. Parece increíble lo que se puede liar por unos nervios nocturnos. A las 6 de la mañana sonó el reloj y maldita las ganas de ir a la entrevista. Una es responsable hasta la muerte si hace falta. Con tilas y cagalera pasé las primeras horas de la mañana. Menos mal que cuando llegó la hora de la entrevista no quedaba ningún residuo orgánico en mi cuerpo. Eso sí, la boca la tenia como la mojama. Más seca imposible. La lengua se quedaba pegada con salivilla viscosa blanquecina. Pero yo al hablar la despegaba. Gracias a los caramelos de eucaliptos que me proporcionaron buen sabor y jugos que refrescaron mi boca y dieron soltura a mi lengua.

El cometido que me exigían y me han dicho en la entrevista, es abrir y cerrar la escuela de música. Atender a los niños y a sus madres. Controlar quien entra y quien sale. Ser amable y cariñosa con los niños aunque te estén dando patadas. Y escuchar a las madres y aguantar si ese día están con la regla o no han echado un buen kiki o polvo como se diría vulgarmente. Lo digo por experiencia, yo soy mujer y se nuestra reacción. Claro no todas las mujeres reaccionamos de la misma manera antes las incomodidades del día a día. Noooooo, cada una somos un mundo.
Aprenderme el nombre de 70 niños y el de los profesores de música. Llevaría todo el control en una hoja de Excel
Trabajaría 5 horas por la módica cantidad de 800 euros menos descuentos que se quedarían en 600 euros, y cargada de responsabilidad.

Y después de pasar todo esto he visto que me quedo con mi abuelita. Seguiré con ella. La diferencia solo son 230 euros. Aquí trabajo 48 horas al mes y en el otro lado seria 100 horas y la diferencia de sueldo, esos 230 euros que seguro tendría que gastarme en medicinas para relajarme. No podría hacer el amor tan a menudo. No podría chatear con mis amigos. Si salgo a las 10 de la noche de trabajar, llegaría cansada y ni le miraría a la cara a mi marido. Perderíamos contacto, caricias, besos, riñas, bromas, y seguro habría más gritos. No podría pintar ni podría escribir y menos seccionar mis fotos, pues seguro perdería todo lo bueno que he aprendido desde que estoy en arteyfotografia. Bueno solté mi rollo y es como si hubiera perdido 5 kilos. Por cierto hoy con tanta colitis perdí un kilo y medio. :-) :-) :-)

Nos hemos reído mi compañero y yo a propósito de mis nervios, y lo que estos desencadenan. Hemos recordado tiempo atrás contando una anécdota muy antigua. Era yo muy jovencita, llevábamos poco tiempo casados y fui a la Universidad Complutense de Madrid para examinarme de unas oposiciones, que por supuesto no saqué. Soy mala, muy mala estudiante. Y también se me descompuso la tripa. Pero aquí fue peor, no había bares abiertos y el centro aun estaba cerrado porque llegamos muy temprano. Mi tripa crecía por momentos y aquello parecía que se iba a reventar y salpicaría todo de cacas. Ya llegó un momento que veía que me cagaba la pata abajo. Así que le dije a mi compañero: – mira o le regalo a ese pino mi abono o a me lo hago encima. No puedo apretar más mi ano para arriba, si sigo así me va a salir por la boca. Así que me bajé los pantalones y mis braguitas y abone el pino con abono natural cien por cien. Eso si, la descomposición del abono seguro que dejo al árbol bien nutrido. Tal vez hoy día aun se acuerde de mis posaderas jajajajaja. Y mi compañero allí tratando de que no se me viera en esa posición tan extraña. A mi me daba igual que me vieran, lo que quería era dejar allí mi regalo y que dejaran de dolerme las tripas. Fue tan grande la torta que si me lo llego a hacer encima, seguro me muero de la vergüenza.

Solo en estas ocasiones se me ha descompuesto mi tripa. Si esto te sucede a ti no te avergüences, debe de ser algo muy normal que todos callan. Alaaaaaaaa, pues hoy lo he dicho, así si tu has tenido alguna vez mi mismo problema, no te atormentes, no es ningún signo de debilidad, y sí de responsabilidad. La cabeza produce ciertas desarmonías en el cuerpo cuando piensas tanto las cosas.

Y ahora pondremos un ambientador VISUAL Y PERFUMADO natural para ver las cosas de la vida con diversos matices y alegrías. :-) :-) :-)






No hay comentarios: