jueves, 27 de marzo de 2008

La vida y sus cosillas



Si podéis ir a visitar esta exposición, es del artista Paco Meléndez y es una persona de lo más agradable. Ir y comprobarlo in situ, ya veréis ya. Ahhhhhhhh y si podéis también aflojar el bolsillo, él vive de sus obras :-)

















Mis ojitos ya están bien, el veneno se fue por la orina y sudor :-)



ARTURO Y CLEMENTINA

NARRADOR.- Un hermoso día de primavera Arturo y Clementina, dos jóvenes y hermosas tortugas rubias se conocieron al borde de un estanque y aquella misma tarde descubrieron que estaban enamorados.

Clementina, alegre y despreocupada, hacía muchos proyectos para su vida futura mientras paseaban los dos a orillas del estanque y pescaban alguna cosilla para la cena.

CLEMENTINA.- Ya verás qué felices seremos. Viajaremos y descubriremos otros lagos y otras tortugas diferentes, y encontraremos otra clase de peces y otras plantas y flores en la orilla... ¡Será una vida estupenda! Iremos incluso al extranjero. ¿Sabes una cosa? Siempre he querido visitar Venecia...

ARTURO.- (Sonriendo vagamente). Sí.

NARRADOR.-Pero los días transcurrían iguales al borde del estanque. Arturo había decidido pescar él solo para los dos y así Clementina podría descansar. Llegaba a la hora de comer con renacuajos y caracoles.

ARTURO.- ¿Cómo estás, cariño? ¿Lo has pasado bien?

CLEMENTINA.-(Suspirando) ¡Me he aburrido mucho! ¡Todo el día sola esperándote!

ARTURO.- (Gritando indignado) ¡ABURRIDO! ¿Dices que te has aburrido? Busca algo que hacer. El mundo está lleno de ocupaciones interesantes. ¡Sólo se aburren los tontos!

NARRADOR.- A Clementina le daba mucha vergüenza ser tonta, y hubiera querido no aburrirse tanto, pero no podía evitarlo. Un día, cuando volvió Arturo...

CLEMENTINA.- Me gustaría tener una flauta. Aprendería a tocarla, inventaría canciones, y eso me entretendría.

ARTURO.- ¿TÚ? ¿Tocar la flauta tú? ¡Si ni siquiera distingues las notas! Eres incapaz de aprender. No tienes oído.

NARRADOR.- Aquella misma noche, Arturo compareció con un hermoso tocadiscos y lo ató bien a la casa de Clementina.

ARTURO.- Así no lo perderás. ¡Eres tan distraída...!

CLEMENTINA.- Gracias.

NARRADOR.- Pero aquella noche, antes de dormirse, estuvo pensando por qué tenía que llevar a cuestas aquel tocadiscos tan pesado en lugar de una flauta ligera, y si era verdad que no hubiera llegado a aprender las notas y que era distraída. Pero después, avergonzada, decidió que tenía que ser así, puesto que Arturo, tan inteligente, lo decía. Suspiró resignada y se durmió.

Durante unos días, Clementina escuchó el tocadiscos. Después se cansó. Era, de todos modos, un objeto bonito y se entretuvo limpiándolo y sacándole brillo; pero al poco tiempo volvió a aburrirse.

Un atardecer, mientras contemplaban las estrellas a orillas del estanque silencioso...

CLEMENTINA.- Sabes, Arturo, algunas veces veo unas flores tan bonitas, de colores tan extraños, que me dan ganas de llorar... Me gustaría tener una caja de acuarelas y poder pintarlas.

ARTURO.- (Riéndose) ¡Vaya idea ridícula! ¿Es que te crees una artista? ¡Qué bobada!

CLEMENTINA.- (Aparte) Vaya, ya he vuelto a decir una tontería. Tendré que andar con mucho cuidado o Arturo va a cansarse de tener una mujer tan estúpida...

NARRADOR.- Y se esforzó en hablar lo menos posible. Arturo se dio cuenta en seguida.

ARTURO.- (Aparte) Tengo una compañera aburrida de veras. No habla nunca y, cuando habla, no dice más que disparates.

NARRADOR.- Pero debía sentirse un poco culpable y, a los pocos días, se presentó con un paquetón.

ARTURO.- Mira, he encontrado a un amigo mío pintor y le he comprado un cuadro para ti. Estarás contenta, ¿no? Decías que el arte te interesa. Pues ahí lo tienes. Átatelo bien porque, con lo distraída que tú eres, ya veo que acabarás por perderlo.

NARRADOR.- La carga de Clementina aumentaba poco a poco. Un día se añadió un florero de Murano.

ARTURO.-¿No decías que te gustaba Venecia? Tuyo es. Átalo bien para que no se te caiga. ¡Eres tan descuidada!

NARRADOR.- Otro día llegó una colección de pipas austriacas dentro de una vitrina. Después una enciclopedia...

CLEMENTINA.- (Suspirando) Si por lo menos supiera leer...

NARRADOR.- Llegó un momento en que fue necesario añadir un segundo piso. Con la casa de dos pisos a sus espaldas, ya no podía ni moverse. Arturo le llevaba la comida y esto le hacía sentirse importante.

ARTURO.- ¿Qué harías tú sin mi?

CLEMENTINA.- (Suspirando) Claro. ¿Qué haría yo sin ti?

NARRADOR.- Poco a poco la casa de dos pisos quedó también completamente llena. Pero ya casi tenían la solución: tres pisos más se añadieron ahora a la casa de Clementina que hacía ya mucho tiempo que se había convertido en un rascacielos.

Una mañana de primavera decidió que aquella vida no podía seguir más tiempo. Salió sigilosamente de la casa y se dio un paseo: fue muy hermoso, pero muy corto. Arturo volvía a casa para el almuerzo y debía encontrarla esperándole. Como siempre.

Pero, poco a poco el paseíto se convirtió enana costumbre y Clementina se sentía cada vez más satisfecha de su nueva vida. Arturo no sabía nada, pero sospechaba que ocurría algo.

ARTURO.- ¿De qué demonios te ríes? Pareces tonta.

NARRADOR.- Pero Clementina esta vez no se preocupó en absoluto. Ahora salía de casa en cuanto Arturo volvía la espalda y él la encontraba cada vez más extraña, y encontraba la casa cada vez más desordenada. Pero Clementina empezaba a ser verdaderamente feliz y las regañinas de Arturo ya no le importaban.

Y un día Arturo encontró la casa vacía. Se enfadó muchísimo y no entendió nada. Años más tarde seguía contándoles lo mismo a sus amigos.

ARTURO.- Realmente era una ingrata la tal Clementina. No le faltaba de nada. ¡Veinticinco pisos tenía su casa, y todos llenos de tesoros!

NARRADOR.-Las tortugas viven muchísimos años y es posible que Clementina siga viajando feliz por el mundo. Es posible que toque la flauta y haga hermosas acuarelas de plantas y flores. Si encuentras una tortuga sin casa, intenta llamarla: ¡Clementina! ¡Clementina! Y si te contesta, seguro que es ella.

Este cuento lo tratamos en martes el el Taller de Salud. Las conclusiones fueron muchas: si la persona con la que convivimos nos asfixia, tendremos que seguir caminos diferentes. No se puede manejar a una persona y llenarla de oro pero anularla como persona. ¿De que nos sirve tener cosas materiales si no podemos disfrutar ni desarrollarnos como personas? Muy bien hizo clementina, tomó la decisión de irse lo más lejos posible de Arturo, su gran verdugo que tenia encarcelado el corazón de Clementina en una jaula de oro, aprisionado y a punto de ahogarlo y volverlo inservible.

Claramente se ve un maltrato psicológico que es tan dañino como el físico.
Si no queremos enfermar hemos de confiar, no vivir de apariencias, tomar decisiones, hablar de nuestros sentimientos, no vivir tristes y aceptarnos como somos.
La historia humana está hecha de decisiones; para decidir, es precioso saber renunciar, saber perder para poder ganar; El pensamiento negativo, genera energías negativas que nos hacen enfermar; La desconfianza es la falta de fe en si mismo y los demás.
Una clase muy amena y productiva.

lunes, 24 de marzo de 2008

Semana Santa Accidentada

Miércoles día de carreras. Por la mañana en casa y más carreras por la tarde en el trabajo para dejar solucionadas las tareas. Comidas y más comidas. Lavado de cabeza, rulos y peinado; también manicura, como iba a faltar esto por favor. Si de coqueteo anda muy bien la abuela. Afortunadamente son las 18,15 y una servidora se cambia de ropa rápidamente y sale de estampida hacia el metro para dirigirme al intercambiador y tomar el bus que me lleva hasta mi casa.

Ducha rápida y bolso para abajo mientras mi compañero va al garaje al por el coche. Cargamos bultos en el coche y caminito de El Real. Llegamos a las 22 horas. De nuevo bultos fuera del coche para instalarlos en casa jajajajajaja. UFF, la verdad un viaje requiere mucho esfuerzo y tiempo, es una tontería pero preparar la ropa que hay que llevar, estar pendientes de que no se olvide lo más importante jajaja esta vez no le llevé slip a mi compañero pero todos los días se los ha cambiado ehhhhhhhh, que él es muy limpio. Llevé el sucio del día para lavar y con el que llevaba puesto pues quitaba uno secaba en el radiador y de nuevo lo tenía para el siguiente día.

La casa estaba calentita a más no poder y la cena preparada. Esta vez no estaban buenas las patatas con costillas , se ve nuestro paladar esta algo atrofiado por el constipado y las patatas y la chicha se las comieron los gatos de mi suegra.
Vimos tele hasta las 12 y un buen tazón de leche calentita con miel, la correspondiente medicación y a dormir.

El jueves era día de limpieza, comida, bla bla bla,… Por la tarde fuimos a llevar alimentación de estimulación a las abejitas. Antonio se puso el traje de apicultor y yo mientras fui a darme un paseo por la pradera y respirar aire puro. Como ya sé donde están las esparragueras, fui directamente a por los espárragos. Los había bien buenos. Alguno había crecido hasta tomar mi tamaño. Después de una hora dando vueltas y orgullosa del manojito de espárragos finos que llevaba, pensaba en la rica tortillita que haría con mis esparraguitos recién cortados. Según llegaba a la pradera tomé el móvil y desde allí envié un mensaje para saludar a un amigo argentino.
Justo terminé de enviar el mensaje y sentí el zumbido de varias abejas que rondaban a mí alrededor. Algo asustada porque nunca me había sucedido, me quedé parada y casi en el suelo. En vista de que no se iban, me tiré allí al lado de unas boñigas de vaca seca. Mi cabeza, pelo y cuerpo estaba mezclado con las hermosas boñigas. Una de ellas dio el primer picotazo a traición, Me clavó su aguijón en la nuca, después una segunda en la parte derecha del cuello y una tercera al otro lado. De nada sirvieron mis suplicas y el revolverme entre la mierda para que me confundieran con algo que ellas habitualmente saben que forma parte de su hábitat. Salí corriendo como alma que lleva al diablo y a gritos llamé a Antonio para que me quitara los aguijones y así que entrara el menor veneno posible. Pero allí donde estaba Antonio, había otra abeja que puso su aguijón en mi frente. Mi compañero sacó tres aguijones, el de la nuca no lo veía con tanto pelo como tengo y negro. Frotó en cada picotazo con un lápiz que compra en la farmacia y tiene amoniaco para paliar un poco el efecto de la picadura. Aún así mi cara comenzó a engordar por momentos.

Cuando llegamos a urgencias, enseguida me atendió el medico. Le dije mi historia y no pudo ponerme la inyección de Urbasón. Iba con toda la cara y ojos hinchados y el cuerpo lleno de unos granos gordos que me picaban a rabiar. Mis partes (pubis y glúteos) se hicieron enormes y con mucho picor, las axilas era algo horrible lo que me picaban y los brazos por la zona de las venas. Debido a una medicación que tomo no pudo pincharme el Urbason y me dijo que a menos de que no pudiera tragar o me costara respirar jajajajaja no me lo pondría. Total si era mi día me moriría o por asfixia o por la inyección. Bueno estoy vivita y coleando. La tensión se me puso a 17,9; habitualmente tengo una tensión de 12,7.
Me recetó dos medicinas y una loción. La loción en el mismo coche me dio Antonio por donde pudo. Yo bajé mi cremallera del pantalón y metí la mano entre mi braguita y me impregne todo lo que pude. En décimas de segundos desaparecieron los granos y con ello el picor.

La loción es: Menaderm Simple Beclometasona dipropionato: Pastillas: Atarax 25 mg comprimidos Hidroxizina diclorhidrato. Tan solo tomé un comprimido y ninguno más. Me dejó atontada y a las 4 horas mi tensión estaba en 7,5. Casi sin tensión, así de mal me encontraba yo: estaba como drogada. Me acosté y quedé rápidamente dormida y Antonio estuvo allí un rato observándome sin dormir y viendo que respiraba jajajaja. El otro medicamento era Elastina cinfa 20 mg comprimidos efg, no tomé ni uno, sinceramente me dio miedo que el médico no hubiera acertado en ponerme el tratamiento adecuado con mi historial de enfermedades y lo que tomaba para ello, y como los granos y picor desaparecieron pues la hinchazón de la cara ya iría bajando.

El viernes no salí en todo el día y fui mimada por Antonio. Por la tarde pinté el Martín Pescador que subí aquí ayer.
El sábado preparé unas gafas y a la fiesta campera.
Lo pase muy bien en compañía de amigos y familia de mi marido. Aquí dejo algunas fotos. El domingo ya tenía poca hinchazón y hoy ya no tengo nada.

domingo, 23 de marzo de 2008

Martin Pescador


Este Martín Pescador dibujé y pinté el viernes por la tarde con acuarela. Veo que no lo he firmado, como lo tengo aquí mañana lo firmo y subo de nuevo con mi firma. No salí en todo el día porque el jueves por la tarde salí al campo con mi compañero, y justo termino de enviarle a un amigo argentino un mensajes para saludarlo y uffffffffffffffffffffff. Me peleé con 4 abejas que por más que las rogué que no me picaran, las supliqué y me revolqué por el suelo para impregnarme del olor a caca de vaca que había por la pradera, nada, siguieron pensando que era una dulce y perfumada margarita. No hubo manera de convencerlas ya que estaban dispuestas a hacerme daño y bueno, me pusieron la cara echa una pena. Rápido a urgencias y mañana sigue la historia.



Este óleo lo pinté hace tiempo y como me apetecía ponerlo aquí pues eso, aquí está.