jueves, 29 de mayo de 2008

La mirada femenina en el espejo

Todo tipo de terapias en grupo nos enriquecen como personas, y nos hacen desinhibirnos para que nuestra mente expulse poco a poco todo aquello que nos tiene bloqueados o que, en algún momento de nuestras vidas, nos hizo y hace daño.

En el grupo la vergüenza desaparece. :-) Esto no quiere decir que seamos sinvergüenzas, no. Para nada cambiamos el comportamiento de buenas maneras y de saber estar. En el Taller de Salud no nos comportamos como pícaras bellacas, no somos tan ruines. Allí la que más y la que menos tiene su problema pero nos comportarmos con espontaneidad. Sí, sí, digo bien, no importa hacer el ridículo porque todas lo hacemos pero no lo sentimos. No importa que se rían porque todas reímos y te das cuentas que en realidad no todo el mundo va a hundirte ni a reírse de ti. Lo que allí se tiene es una especie de unión. Y no me refiero a matrimonio ni nada de eso jajajaja no, no da lugar a pensar mal ;-). Allí somos todas iguales. Nuestra semejanza es la misma que la de dos perlas en el tamaño, color y demás cualidades. Somos como un símil, solo que en lugar de entre dos cosas iguales entre 15 o 20 mujeres. Igualdad entre todas, sin que una destaque más que la otra. Aunque hay algunas que tienen muchos problemas nos arropamos y allí todo queda igualado. Se comparten los problemas y el peso es mas llevadero. También se comparten las alegrías. Cuando una vacía su mochila, su carga está más liviana. La carga no pesa tanto.

Sí :-) :-) me he enrollado y no quería enrollarme tanto :-) :-) :-) :-)

Bueno pues el martes reímos y reímos, pero se ve que todas antes pasamos por los aseos para dejar allí los líquidos amarillitos y no irnos humedecidas a casa por las risas y el muelle algo flojo. La risa es lo que lo tiene, te deja sin fuerzas y los esfínteres menores se relajan de tal manera que una puede hacerse pipi en la braguita, aunque ahora hay unos salva slip perfumados muy apropiados jajajajaja. Eyyyyyyyyyyyyy y que conste que yo aun no utilizo, todavía me es útil el cruzado mágico de piernas jajajajajaja.

El primer juego de la risoterápia consistía en: todas sentadas en corro. Éramos 15 damas con María Lucía, la profe. Todas enumeradas. El numero 15 la profe y en el centro del corro como una gran autoridad. Empezó ella el juego.
Comenzó a hablar alto y claro:
- 15 limones y medio limón llaman a 8 limones y medio limón. La dama numero 8 seguia:
- 8 limones y medio limón llaman a 11 limones y medio limón.
- 11 limones y medio limón llaman a 1 limón y medio limón.
- 1 limón y medio limón llaman a 4 millones y medio millón. Jajajajajajajaja
Equivocación del número 1, esta persona pasaba a ser el numero 15 y todas las demás se corren un numero. El limón numero 2 pasa al 1 y el limón 1 al 15. El 14 al 13, el 13 al 12… con lo que todas han cambiado a un limón menos. Teniendo sus números metidos en la cabeza habrá más despistes :-). La gracia del juego es que se tiene que decir deprisa y es como un trabalenguas.

- 15 limones y medio limón llaman a 14 limones y medio limón.
- 14 limones y medio millón llaman 2 millones de millón jajajajaja
El número 14 pasa a ser el número 15 y el 15 pasa al 14. Aquí queda tal cual . Sólo se mueven el 14 por el 15 y el 15 pasa al 14.
Lo importante es estar el máximo tiempo en el puesto del limón 1
Aquí parece muy fácil pero juntaros 15 personas y hacerlo veréis que rapidito no es tan sencillito. :-)

Luego hubo chistes, que los dejo para contar mañana.

También hubo reflexión sobre:
La mirada femenina en el espejo

A los 2 años se mira al espejo y se ve una reina
A los 7 años se mira y se ve como Cenicienta o como la Bella Durmiente
A los 14 años se mira cómo se está haciendo “señorita” se ve gorda, con puntitos negros y horrible. “No puedo salir con esta facha”
A los 20 años se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia… Pero decide salir de todas maneras.
A los 30 años se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia… Pero decide que no tiene tiempo para solucionarlo y sale de todas formas.
A los 40 años se mira y se ve muy gorda, muy flaca, muy baja, muy alta, muy crespa, muy lacia… Pero dice “estoy viva” …y sale de todos modos
A los 50 años se mira y dice: “por fin soy yo”. Sale y va donde quiere y le parece mejor.
A los 60 años se mira y se acuerda de todas las personas que ni siquiera se pueden ver más en el espejo… Sale y conquista el mundo.
A los 70 años se mira y ve sabiduría, alegría y habilidad… Sale y aprovecha la vida lo mejor que puede.
A los 80 ni se preocupa por mirarse al espejo. Simplemente se pone un sombrero rojo y sale al mundo a divertirse.
No les parece que debemos ponernos el sombrero un poco antes? Quizás debamos estar menos pendientes de la apariencia y abrir más el corazón. Quizás debemos disfrutar más de cada instante y compartir el tiempo con los que amamos.

Teníamos que reflexionar y compartir en grupos de 4. Y después exponerlo.
Yo en esos momentos me sentía como la mujer de 70 y de 80.
Después de una risoterápia, una no tiene ningún atisbo de complejos y se pone el mundo por montera.
Pero dependiendo del día y de la hora, una se siente de una u otra forma. Yo puedo pasar muy fácil de la euforia al llanto y de éste a la tristeza. Igual puedo sentirme como una joven de 20, de 60, de 70 u de 80.

Cuanto más nos relacionamos y hablamos con los amigos por el chat, in situ o con las familias, mejor nos sentiremos anímica mente. Yo creo que todos tenemos altibajos porque como personas con sentimientos, nos afectan las cosas que están en nuestro alrededor. Y una puede estar un día como una mujer de 80 años con mucha experiencia y sabiduría que, sólo mira a su corazón y el de los demás y no la estética. La importa vivir el día a día porque ella ya conquistó el mundo. Sin embargo otro día se entera de que su amiga murió y se la caen todos los palos del sombrajo y, ese día, está echa una calamidad con el corazón roto. Creo que la vida es un vaivén y como las olas, unos días son más suaves y otros tan bruscas que nos hunden. Aun así siempre se intenta salir a flote, y seguir respirando.

martes, 27 de mayo de 2008

La felicidad no la da lo material





Estos gatitos tienen su historia.
Nacieron juntos, son hermanos y residentes en el Real de San Vicente, España.
Yo me encapriché del blanquito y mi suegra que tiene muchos gatos me lo regaló.

El primer día que lo traje estuvo todo el día debajo de un mueble de la cocina. Seguro con miedo, con melancolía, echaba de menos a su madre, hermana y demás gatunos con lo que en su corto tiempo de vida había compartido: cama, sueños, juegos y comida…

Yo lo arranqué del lugar y pasó conmigo 15 días. Estaba feliz porque yo le di un trato excelente y jugaba conmigo. También me dejo sus uñas en mi piel y en mis dedos sus pequeños y afilados dientes. Le compré una cama y muñecos.

Se dormía en mi regazo por la mañana y por las noches. Estaba calentito, alimentado y limpio.
Yo acostumbrada a no tener pequeños animales ni nadie que me revolviera las cosas, lo pasé mal los 3 primeros días.

Me encariñe con él. Pero sabía que aunque él estaba muy agusto echaba de menos a su familia.
Asi, que este fin de semana lo devolví y cuando llegó al lugar lo conocía todo. Olió a todos los gatos y se puso a jugar con su hermana.
Esa noche durmió con ella. Los dos pegaditos dándose calor. Van juntos a todos los lados y juegan escondiéndose detrás de las ramas y de las macetas.

Yo lo echo de menos, pero estoy feliz porque él está feliz y puede correr sin tener puertas cerradas. Sé que allí en el Real, está mejor y es más feliz a pesar de tener que compartir todo con otros gatitos.

Los animales al igual que las personas no somos felices por lo que se nos da material. Sí por los sentimientos y el calor de los tuyos. Es mejor carecer de comodidades y sí tener el cariño de los tuyos.
Con esto aprendí que los animales sienten y padecen igual que los humanos. Y que no cambian su hogar ni familia por comodidad y por ser la mascota de alguien que sí lo va a querer pero, no es su mamá…

Y aquí está la historia de un gatito viajero :-) :-)