jueves, 21 de mayo de 2009

Sensualidad



Desde mis ajimeces
vigilo tus linderos:
revuelas como un ángel
sobre tus mismos pechos.

Tu humedad se disputan
la juncia y el espliego.
¡Ay, frescura de aljibe
y calor de sesteo!
(fragmento de “Cada mañana”, de Rafael Guillén)

Y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
veo caer un agua sorda,
a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los huesos.
(fragmento de “Agua sexual”, de Pablo Neruda)

Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria
(fragmento de “Informe sobre caricias”, de Mario Benedetti)

martes, 19 de mayo de 2009

Mes de las flores


La cala se ve una flor muy pura. Pero a la vez es una flor erótica.
vuela como una mariposa blanca y tus deseos te consigue.



El sol bajó y se volvió margarita para estar más cerca de los humanos, y no cegarnos.


La abeja quedó dentro adormecida con tan dulce fragancia.


Estas florecillas lilas, parecen la mano de una señorita, haciendo una reverencia para ser besada


Me quiere, no me quiere... Yo creo qeu sí, me lo demuestra cada día.



La primavera con sus aromas y colores es como el despertar de la vida.


Rosa blanca con matices de un rosa palido.

domingo, 17 de mayo de 2009

Renovarse en la naturaleza


Las cabritas comen y no las da verguenza de que las vea. Es más, como paso de puntillas, ni se estremecen. Ellas saben que no les voy a quitar su comida. No me gusta la hierba cruda. Aunque sí me hubiera tomado algo de leche natural. Cuando era pequeña, bueno, aun sigo siendo pequeña de estatura, me refiero a los años. Pues eso, cuando era pequeña, mis abuelos tenían cabras, y más de un día me estrujaba sus ubres y bebía la leche sin cocer. Todo un peligro, pude haberme cogido las fiebres maltas, pero tuve suerte que las cabras de mis abuelos, estaban sanas.



Fin de semana muy aprovechado. Viernes por la mañana cocina y preparar comidas y limpieza. El viernes por la tarde estuvimos en el campo.
Había que arreglar el huerto y quitarle las malas hierbas. Si hay malas hierbas alrededor, la cosecha no crece sana, esto pasa igual en la vida real. Las malas hierbas no nos dejan formarnos como personas, y nos hace ser egoístas y solo pensar en nosotros. El prójimo importa poco. Por eso de vez en cuando es bueno hacer limpieza y terminar con lo que no sirve y no deja crecer las cosas buenas, los sentimientos, la humanidad.

Mientras mi compañero segaba, yo me dediqué a pasear y hacer fotos por el lugar.
Luego él descanso de la siega, y yo regué el huerto. Las judías verdes, las tomateras, cebollas, pimientos y ajos. Luego subí a la grada de arriba y regué las patatas, y alguna lechuga que aun están pequeñitas y tienen que crecer. Mientras regaba, él se dedicó a hacerme una sesión de fotos. Al final, eso sí, con la cámara ya guarda, terminamos los dos mojaditos por el chorro de agua, de la goma de regar. Nos lo pasamos genial. Reímos, trabajamos juntos y lo más importante, estábamos muy felices.

El campo, da muchas satisfacciones. Se suda mucho en él, pero la naturaleza es la mejor compañía para cuando se está algo bajo de moral.

El sonido de los pajarillos. Las abejas algo molestas y temerosa al pasar cerca, o escuchar su sonido en el vuelo. Ver el insecto, que en la margarita parece más bello. Las nubes con sus panzas grises, el sol que se ve diferente en la ciudad que en los pueblos. Los colores de las mariposas, que a toda prisa pasan para no ser sorprendidas e inmortalizadas. Vi a la madre de todas las mariposas. De color naranja con topitos y muy rapida y sabia en su vuelo. Varias veces se paro en los cardos y las flores, pero no pude importalizarla. Era enorme. Una mariposa como nunca habia visto antes. Por eso la bauticé como: la madre de todas las mariposas. El campo renueva el alma, como la savia al árbol, y le da vida.



Mi compañero quiere aprender a hacer fotos, y una servidora, le prepara la cámara y hace de modelo mientras riega la huerta.
Las arrugas y heridas superficiales, no son importantes. Las importantes que nos van minando, son las arrugas y heridas del corazón y el alma. Con éstas envejecemos a marchas forzadas. Las otras arrugas y heridas, solo son estética al fin y al cabo.