jueves, 26 de noviembre de 2009

Minicuentos



PANICO


Caminaba con prisa, temía que la niebla dejara a oscuras el lugar tan deshabitado.
Miraba hacia atrás, tenía miedo...
Sentía como unos pasos iban a la misma velocidad que sus pies.
Su respiración era de pánico, y sus ojos desorbitados.
Los latidos de su corazón marcaban las pisadas de cien corceles jóvenes trotando en desbandada.
Un murciélago se cruzó en su camino,
y de pronto el trote quedo en un frío silencio.
Al día siguiente las campanas de la torre de la iglesia tocaban a muerto.

Autora: Isa, yo misma





BAJA AUTOESTIMA

 Ella preparó con mucho cariño una empana de verduras y boquerones.
Llegó la visita.
Se sentaron a la mesa.
Partió la empanada.
Veía como los demás se  comían con mucho gusto su ración de empanada.
La daban la enhorabuena por tan rico manjar y la aplaudieron.
Ella con ese reconocimiento se sintió morir.
Su autoestima era tan pobre, que su mente la jugó una broma pesada.
Ella veía que la empanada no estaba hecha con verduras y boquerones,
si no, que asomaban gusanos henchidos de pus y moscas verdes.
Se sintió muy mal, y se puso a vomitar allí mismo.
Los comensales dejaron de comer.
Se quedaron todos inmóviles,
mientras tanto, la mesa se llenó de gatos vecinos que dieron buena cuenta de la suculenta empanada.

Autora: Isa, yo misma




¡¡PEDIR AYUDA PARA SALIR DEL POZO!!


Cada día al amanecer escuchaba el revoloteo,
y canto de pequeños gorriones que visitaban el árbol de su jardín.
Ella quería ser normal.
Se hizo el mismo juramento que llevaba  hacíendose cinco años.
Y cada día al ocaso la piedra era más pesada.
Las cadenas tenían un eslabón más.
Hizo prisionera a su mente y voluntad.
Ante los demás no quería sentirse débil.
Pero su cabeza era un nido de ratas intentando devorar sus blandos sesos.
No pidió ayuda, y su cerebro se deshizo.
Se convirtió en un zombi viviente.

Autora: Isa, yo misma






miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tolerancia Cero Frente a la Violencia de Género



Haiku sobre la violencia de género.
Sigo está pagina Haiku y me estimula para hacer Haiku



¡¡Tú no la grites!!
Nunca te perteneció
Ella es libre…



¡¡Si tú la amas!!
¿Por qué tú la maltratas?
Amar, es querer.



No la lastimes
La mujer es sagrada
Ponte en su piel.



¡¡Mujer, no dejes!!
Que un hombre te pegue
Debes denunciar.



No te ahogues
En un mar de lágrimas
Grita tu pena.



Pequeño gorrión
Deja de ser sumisa
¿Tú dignidad?

Lágrímas corren
por tu bella carita
mañana sangre.



Deja el túnel
Ve a un nuevo día
El sol luz dará.

Quiereté a ti
entrega al  verdugo
dejarás yugo.

Autora: Isa, yo misma

lunes, 23 de noviembre de 2009

Sueños...




Anoche volé y volé desde una gran montaña y planee por un bello valle lleno de hierba fresca. Entre el valle corrían hilos de aguas cristalinas que a su paso, iba tejiendo una gran manta verde que cubría todo el suelo. A pesar de la oscuridad de la noche, las estrellas brillaban y daban una clara luz para marcar el camino, y hacer visible el fondo del valle.

En pleno vuelo tuve miedo, pero ante tanta maravilla y la sensación de bienestar tan placentero que produce el contemplar tan hermosísimo espectáculo ante mis ojos, como una bala de oro irrumpió en mí mente y fulminó mis turbaciones. No bajé hasta la profundidad del valle, el vuelo lo hice más o menos protegida por las cinturas de la montaña, y grite libertad. Las letras chocaron contra las grandes montañas, y devolvieron a mis oídos en forma de eco uniéndose entre ellas todas las letras sonando varias veces libertad, libertad, libertad… y embelleciendo más el paisaje.

Mientras volaba pensaba en los pájaros y su felicidad, y en como ellos son libres al poder extender sus alas e ir de un lugar a otro. La sensación que yo tenía era, de que sí, yo volaba en ese momento, pero que mi tiempo sería reducido y podría dejar de volar y caer al vacío. En todo momento era consciente de que no era ligera como un pájaro, sólo que no se cual fue la causa, se me concedió ese deseo de poder hacer un vuelo.

Y de pronto noté como sin esfuerzo alguno, subí de nuevo a la montaña y todo estaba nevado. La montaña lucía una gran manta de seda de un blanco inmaculado. E inmediatamente fui en busca de mi compañero para compartir tan grato momento. Paseamos los dos agarrados de la mano por el lugar, y yo, le invite hacer un vuelo. Intenté e intenté mover mis brazos, pero las alas no se abrían. No pude hacerle partícipe a mi compañero de la experiencia de volar.

De mis labios salieron algunas palabras: mí cámara, no he traído mi cámara para fotografías las montañas nevadas. Y volvimos a por la cámara y, zas, me desperté con una gran taquicardia.

Parece que hice un vuelo astral a algún lugar muy bello con montañas nevadas.


Autora: Isa, yo misma

domingo, 22 de noviembre de 2009

Mis fantasías...

Cuanto deseo acariciarte... y


que tú te estremezcas entre mis manos.

Te rozo con suavidad,

para que poco a poco vayas creciendo.

Iras tomando cuerpo y calorcito con mi manoseo.

Al suave contacto de mi piel,

te agrandas y luces mejor ostentación.

Poco a poco tomas más prolongación…

Te resistes, pero al final sucumbirás a mis deseos.

Eres la pasión secreta de mis fantasías.

Tú cuerpo es el santuario de mi cámara y mis deseos.

¡¡Tú activas todas mis utopías!!.

Eres como mi pequeño monstruo sensible, complaciente…

Imaginario que según la fabula,

vomitaba llamas y tenía cabeza de león,

vientre de cabra y

cola de dragón.

Eres mi quimera favorita,

El desvelo de parte de mi imaginación.

Siento enajenación al contemplar

las bellas imágenes con las que me deleitas.

Eres puro narcótico de mis ojos y pensamientos.

Contigo logro mis objetivos,

pues tú eres el mejor objetivo de 70, 100, 150, 200, y 300 metros.

Tu verdadero nombre es:

Zuiko Digital ED 70-300mm 14.0-5.6



Mi compañero me ha sorprendido con este gran objetivo. Y he querido jugar un poco para confundir con las palabras jajajaja, no sé si lo he logrado, pero he querido ser algo traviesa, y poner palabras algo picantonas,  la emoción del regalo no ha dejado que sea muy imaginativa :-) Pero lo he intentado.

Autora: Isa, yo misma