lunes, 19 de abril de 2010

Aguada Primavera



Soy una cala algo asustada.

El frío congeló mi flor y ando algo atrasada.

Mi hojita enrollada va abriéndose poco a poco, con cada alborada

Mi cilindro amarillo aun no quiere ver la luz perturbadora,

Juega, y juega a las escondidas,

embutido en el vestido verde,

que le diseñó la bella primavera.


Días de lluvia son los de esta primavera.

Por cada lágrima que de tus ojos dejas volar,

su piel se la bebe y se aterciopela.

Por cada soplo del viento que sale de tus labios,

se abre un capullo suspirando.

Mis besos son con sabor a manzana,

dice la rama

Aunque mi capullo es de tono rosa,

soy manzana golde dulce como el arrope,

y amarilla como tus pupilas.

Mis capullitos laten igual que tu corazón,

al vaivén de tus lindas caderas.

Las hojas verdes son mis protectoras.

Son mi parasol, para que el astro ardiente,

no me destiña con su pasión,

ni me abrase, ni me vuelva cenizas.

En unos meses me convertiré en una gran dama,

conoceré tus dientes y pasaré suavemente por tu garganta.




Hojas verdes, amarillos capullos,

y pinceladas de corazones contemplan el cielo.

Todas ellas beben y beben aunque ya no tienen ganas.

Las nubes preñadas con sus enormes panzas,

mojan la tierra que ya está hastiada.

Las mariquitas, las moscas, las mariposas y saltamontes aun no salieron,

pues no saben nadar, y con tanta lluvia se ahogarán..

El sol a ratos sale y da la cara,

más no puede beberse todas las lágrimas derramadas.

Se bebe una docena y las nubes paren docena y media.

El viento sopla el agua que no puede tragar la   la tierra,

en un intento de secar la hierba y las flores,

pero como almas desconsoladas las nubes vuelven a la estacada.



El agua nos despierta cada mañana.
El viento nos zarandea.
Y tú por no mirar al suelo,
vas y nos pisas.
Qué  desgraciada somos las hiebas salvage de la montaña. 



Soy como un pequeño corazón,
encadenados a la flor.
Mi belleza es efimera como la tuya,
cuando ésta me llega,  mis cadenas rompo y me convierto en energia.
Pero antes de todo esto, mis semillas dan su fruto que una vez maduro,
sirve para que te alimentes.
Al igual que la tierra algún dia se alimentará de tus cenizas.


Todas las fotos y escritos son de  mi autoría, a menos de que diga la fuente de donde las tomé.
Estas fotos son de este fin de semana en nuestro huerto. La Cala es del jardín (corral)  de mi suegra
Deseo  que os gusten las flores que perfuman este mi rinconcito  viajando desde   mi  nube.

2 comentarios:

cachos de vida dijo...

Me han encantado tus versos y también las fotos. Hay cosas pequeñas que llegan al alma.
Un beso.

Unknown dijo...

Gracias Disancor, me alegra que te gusten ambas cosas. La verdad el campo está precioso a pesar de tanta agua derramada. Y de éstas pequeñas cosas que no nos cuesta, y que nos regala la madre naturaleza podemos disfrutar cada día.
Graciaaaaaaaaaaas.

Saludos y abrazos