jueves, 15 de julio de 2010

El corazón de la nube...


De pronto desde la tierra se veía la raidiografía de las nube.
Su corazón es rojo como el tuyo y el mío.
A la nube la late el corazón como si fuera un ser humano

Nube viajera, voladora, entusiasmada por lo que contempla.
 Nube fugaz como una estrella. Nube ligera como una pluma...

Allí al lado de la nube estaba la luna vigilante.
Su color destacaba de entre el negro de la noche, y el brillo de las pocas estrellas que lucían en el firmamento.
Daban ganas de dar un salto y comerse esta rajita de melón dulce y jugoso.
Alargue la mano, pero no llegaba. Ella a cambio dejo caer una lágrima. No era salada, si no dulce como un caramelo.
No lloraba, tan solo era una muestra de cariño hacia el mundo.

De pronto desapareció. Una nube espesa como una manta de angorina la cubrió.

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